lunes, 3 de diciembre de 2012

Postura de la Comisión Asesora del Comité de Cuenca del Río Luján frente a las recientes inundaciones observadas en la cuenca


Ha sido noticia en los medios de comunicación masivos el anegamiento de numerosos barrios en varias localidades pertenecientes a la Cuenca del Río Luján.
Nuestra Comisión, integrada por diversas instituciones (ambientalistas, académicas, de la industria y el comercio, etc.), tiene la obligación de asistir en cuestiones técnicas al Comité de Cuenca, compuesto por representantes de los municipios pertenecientes a la misma y por la Autoridad del Agua . En razón de esa obligación, y basándose en estudios científicos, le ha expresado su opinión acerca de la posibilidad de que ocurriesen estos eventos en varias oportunidades, desde enero de 2012.
Consideramos que si bien las lluvias fueron intensas, no explican por sí mismas lo ocurrido. Las inundaciones se han configurado como delatoras de una diversidad de impactos que la cuenca ha venido recibiendo en los últimos años y cuyos efectos se han ido acumulando progresivamente. Entre ellos, consideramos de extrema gravedad los relacionados con cambios en el régimen hidrológico del Río Luján debido a una serie de obras que han modificado, en muchos lugares , la topografía de la cuenca.
Los procesos de urbanización por especulación inmobiliaria son los principales responsables de estas modificaciones, que eludiendo las normativas existentes en materia de usos de suelos y loteos, han desarrollado barrios, countrys y chacras cerradas ocupando crecientemente las márgenes de los ríos y arroyos (que son de dominio público), como asi también humedales y tierras bajas por debajo de la cota mínima permitida. Para ello se rellenan terrenos bajos naturalmente inundables, se modifican cursos de agua y se construyen terraplenes y compuertas, para que el agua no ingrese a estos emprendimientos, expulsando el problema “hacia fuera”.
El estudio científico del Dr. Malagnino, relativo al valle de inundación de la cuenca baja del Rio Luján (Zona de Pilar, Exaltación de la Cruz, Campana, Escobar), indica que el Riesgo de Inundación alcanza en esta zona el valor máximo:
Extremadamente Alto. Por esta razón es tajante en cuanto a la imposibilidad de urbanizarla. Sin tener en cuenta lo anterior, la llanura de inundación del Río Luján en el límite Pilar-Campana pasó de tener un ancho inicial de 4.593 m. a 2.573 m., pues fue ocupado en Pilar por una de estas urbanizaciones cerradas. Esta pérdida representa una disminución del ancho de la llanura de inundación del 44% en aproximadamente 6 kilómetros. Obviamente, todo esto tiene un costo ambiental y social. El río queda “encajonado” por estos emprendimientos, con menos espacio para que se disperse y discurra el agua en forma normal, que entonces busca nuevos caminos, se acumula e inunda otras zonas que se encuentran aguas arriba. Cabe destacar que existen varios emprendimientos de las mismas características en Mercedes, Luján, Pilar, Campana y Escobar. La compactación e impermeabilización del suelo por éste y otros usos evita, además, la infiltración del agua y se elimina el efecto esponja de los humedales Generalmente los más vulnerables a estos eventos son los barrios de más bajos recursos, que reciben los excedentes hídricos desplazados por estas urbanizaciones.
Es evidente que se deben suspender y remediar todos los impactos que perjudican el funcionamiento natural de los humedales y valles de inundación y el escurrimiento regular del rio y, además, ser muy cuidadosos con la obras de desagüe o canalización que se proponen desde algunos sectores. Estas obras suelen tener una visión meramente ingenieril, según la cual un ecosistema natural puede ser intervenido con la misma lógica que un tecnoecosistema, tal como una fábrica, colocando cañerías, desviando o acumulando agua.
La comisión destaca la necesidad de considerar la situación desde una visión más global e integral, que tenga en cuenta aspectos sociales y ambientales, los humedales (recurso estratégico y frágil) pueden resultar dañados y ser mayores los perjuicios que los beneficios obtenidos. De manera que debe estudiarse cuidadosamente la real necesidad de las obras hidráulicas propuestas y todas las interacciones que las mismas tienen con el entorno y no quedar meramente en el control de los niveles o drenado correcto de aguas. De lo contrario se destruirán los valiosísimos recursos naturales y servicios que nos aporta el ecosistema, como el agua superficial y subterránea, su flora y fauna, sus propiedades depuradoras de aguas y de control de crecidas, etc. E incluso pondremos en riesgo bienes culturales (históricos, religiosos, arqueológicos) de enorme valía. Y, tal vez, tarde reconoceremos el valor de lo perdido, como sucede en muchos casos.
Existe una necesidad urgente de ORDENAMIENTO AMBIENTAL DEL TERRITORIO con una visión ecosistemica y no solo economicista o utilitarista, para optimizar el manejo de la cuenca, así como el Estudio Ambiental Acumulativo de los impactos de urbanizaciones y otras grandes obras tales como canales, autopistas, calles, puentes y modificación de cursos de agua. Tampoco deben dejarse de lado problemas como el manejo de los Residuos Sólidos Urbanos, el impacto de la agricultura y ganadería o el control de especies invasoras como el acacio negro. Y desde luego la
contaminación agro-industrial por vertido de químicos y efluentes sin tratar.
La comisión no se opone a la realizacion de actividades viables en el valle de inundación del rio, solo enfatiza que se respeten sus servicios ambientales y se protejan sus recursos naturales.
La problemática de la cuenca hay que atenderla en toda su complejidad desde una perspectiva sistémica, es decir, entendiendo que si alteramos una de sus partes (ya sea suelo, agua, flora, fauna, etc.) esto tendrá consecuencias en el resto de la misma, porque es un todo indivisible.
La solución solo será posible realizando un trabajo interdisciplinario y articulado entre las distintas áreas de gobierno y de la sociedad, contando con la voluntad política para llevarlo adelante.
Comisión Asesora del Comité de Cuenca del Rio Lujan, 22 de noviembre de 2012